En este Día Mundial contra la Trata de Personas, Cáritas Venezuela eleva su voz para denunciar con firmeza esta atroz realidad que flagela a millones de seres humanos en el mundo, incluyendo a muchos de nuestros hermanos y hermanas venezolanos. La trata de personas es una herida abierta en el corazón de la humanidad, un crimen contra la dignidad intrínseca de cada persona, creada a imagen y semejanza de Dios.
La Iglesia ha condenado reiteradamente este flagelo. Nuestra fe nos convoca a reconocer en cada víctima el rostro sufriente de Cristo y a actuar con determinación para liberarlas de las cadenas de la explotación. Como nos recordó en innumerables ocasiones el Papa Francisco: «La trata de personas es una plaga, un crimen contra la humanidad. Es hora de detenerla, es hora de erradicar esta forma de esclavitud moderna que humilla la dignidad de cada persona» .
ROSARIO POR LA DIGNIDAD
Como brazo de acción social de la Iglesia, nos unimos en un profundo acto de fe y solidaridad: en conjunto hemos preparado un Rosario por las víctimas y victimarios de la Trata. A través de cada Ave María, de cada misterio meditado, estaremos elevando nuestras súplicas por cada ser humano afectado por esta plaga, por su liberación y su sanación.
Pedimos también por la conversión de quienes perpetran este crimen atroz, y por la fortaleza de aquellos que trabajan incansablemente para erradicarlo. Desde la fe y la caridad que nos mueve como Cáritas, creemos firmemente en el poder transformador de la oración. Unamos nuestras voces, nuestros corazones, y roguemos a nuestra Madre Santísima, la Virgen María, que interceda por nosotros y nos guíe en este camino de esperanza y justicia. Les invitamos a acceder al Rosario a continuación:
La Doctrina Social de la Iglesia nos provee de los principios fundamentales para comprender y combatir este mal. Nos enseña que la dignidad de la persona humana es inviolable y que toda forma de esclavitud es intrínsecamente mala. El principio de la dignidad humana es el pilar sobre el cual se asienta el rechazo absoluto a la trata. Cada ser humano posee un valor inalienable que no puede ser objeto de comercio, explotación o manipulación. La solidaridad y el bien común nos obligan a extender una mano a los más vulnerables y a trabajar para construir una sociedad donde nadie sea víctima de la opresión. La opción preferencial por los pobres nos llama a estar al lado de aquellos que son explotados y a luchar por su liberación.
Que la luz del Evangelio ilumine nuestras acciones y nos impulse a ser voz de los que no tienen voz, y manos que liberan a los oprimidos. No podemos cerrar los ojos ante esta realidad. Como nos legó el Papa Francisco: «Si cerramos nuestros ojos y oídos, seremos cómplices de la trata».
¡No a la trata de personas! ¡Sí a la dignidad, la libertad y la vida!
Cáritas Venezuela, al servicio de los más vulnerables.