Solicitud de la red de Caritas para la atención en Venezuela de migrantes y personas vulnerables ante la crisis humanitaria agravada por el COVID 19

Conferencia internacional de donantes en solidaridad con los refugiados y migrantes venezolanos

26 de mayo 2020

1. La población venezolana está viviendo una situación de riesgo y dependencia sin precedentes dada la crisis humanitaria compleja que Venezuela venía viviendo y dado el agravamiento de la crisis humanitaria sobrevenida por la pandemia por COVID-19. Hoy 5 millones de migrantes y refugiados venezolanos están siendo impactados por la emergencia sanitaria y económica ocasionada por la pandemia en los países de acogida, lo que está afectando severamente sus medios de subsistencia. Sólo el 1% de los migrantes ha regresado. La mayoría sabe que afuera hay mayores probabilidades de sobrevivir, por lo tanto se necesita ayuda para que puedan atenderlos.

2. El escenario dentro de Venezuela es desolador: 9 millones de personas han sido identificadas con necesidades urgentes de ayuda humanitaria y una población aún invisibilizada y sin caracterizar se está sumando aceleradamente al grupo de vulnerabilidad, perdiendo drásticamente sus escasos medios de vida producto de una nueva ola de hiperinflación y de la importante afectación ocasionada por la falta de gasolina en todos los Estados del país.

3. La distribución y producción de alimentos, el acceso a los servicios médicos y a servicios esenciales seguirá deteriorándose, lenta, implacable y sigilosamente, ante los ojos de todos los que estamos siendo víctimas del colapso del país. La población que está retornando se encuentra con un país mucho más deteriorado que el que dejaron.

4. La inseguridad alimentaria entre los migrantes de Venezuela en América Latina es de tal escala que, en el Reporte de las Crisis Alimentarias del Mundo del 2020 se incluye a esa población como un país más entre las crisis. La escala del daño que registra el informe es reveladora: los venezolanos migrantes en situación de hambre en Colombia, sumados todos juntos, equivalen a toda la población en inseguridad alimentaria de países enteros como Honduras o El Salvador o duplican la población en inseguridad alimentaria de toda Nicaragua.

5. Los venezolanos en inseguridad alimentaria refugiados en Colombia que reporta el Programa Mundial de Alimentos representan el 40% de la población en situación de hambre que la FAO estimaba para ese país en el 2018 (cerca de 1 millón de personas). En esta misma situación están en Ecuador el 76% de los migrantes venezolanos, todos en necesidad de asistencia alimentaria inmediata, 41% de ellos en situación de calle.

6. Estamos proyectando que la crisis económica resultante de las estrategias de contención de la pandemia por COVID-19 incrementará drásticamente la desnutrición infantil. La pérdida masiva de fuentes de trabajo en los países de acogida ha significado una disminución de la mitad de las remesas en la que venían apoyándose miles de familia. El Sistema de Monitoreo Centinela de Nutrición y Salud de Caritas Venezuela nos ha mostrado siempre que las remesas familiares actuaban como un gran amortiguador de la inseguridad alimentaria familiar. Se estima que cada punto porcentual que disminuyan las remesas desde los países de acogida aumentará la desnutrición infantil 1.3 veces.

7. La emergencia humanitaria y el colapso en la capacidad del Estado para garantizar servicios públicos está causando en el país un triple desplazamiento interno. Primero en dirección a Caracas como polo con mayores posibilidades de acceso a bienes y servicios. Un segundo grupo se ha desplazado hacia el arco minero, ante la pulverización del valor de su trabajo. Un tercer grupo es el que se ha desplazado a la zona de frontera y sobreviven subidos a un péndulo que los lleva y los trae entre Venezuela, Colombia, Trinidad y Brasil donde van por trabajo, por estudio o por salud, muchas veces presos, sin saber, de una red de tráfico humano.

8. Los venezolanos fuera del país, los venezolanos en Venezuela, los pocos migrantes que están regresando con sus familias, los trabajadores humanitarios que los atienden en primera línea están en un precipicio frente al cual les pedimos: No nos dejen solos.

9. Agradecemos la movilización y el apoyo que la comunidad internacional ha destinado para la atención de nuestros hermanos y hermanas Venezolanas. Queremos solicitar ante este foro, un enfoque de cooperación que contribuya a que Venezuela no sea más un país expulsor de personas. Es fundamental trabajar puertas adentro en la reducción del sufrimiento de millones de venezolanos confinados dentro del país y puertas afuera en la atención integral para la ayuda humanitaria de los migrantes y refugiados.

10. Caritas de Venezuela y las Caritas hermanas en la región , junto a muchas ONG(S) venezolanas y de América Latina, están en primera línea de atención. Son nuestros voluntarios y profesionales quienes están dando demostraciones de ingenio y de valor, tomando riesgos y actuando para seguir llevando la atención a los más vulnerables. Los principios humanitarios están hoy honrados en el terreno por nuestra gente, quienes están dando un testimonio de trabajo sostenido para salvar vidas en una forma responsable y auditable por cualquiera.

Queremos elevar algunas solicitudes a la consideración de este importante encuentro y nuevamente agradecer el apoyo que están dando a los Venezolanos: 

Solicitamos:

1. Dar visibilidad a las causas de la crisis venezolana que atropella a los que se quedan, a los que retornan y que produce graves consecuencias que originan la migración masiva del pueblo venezolano. La migración no parará, se mantuvo por el coronavirus y ocasiono retornados, al pasar esto volverá a incrementarse.

2. Escalar el alcance de la respuesta humanitaria y adjudicar fondos flexibles y auditables que permitan a las organizaciones de la sociedad civil local organizada actuar directa y rápidamente como lo demanda la situación, con un papel central dentro de los planes de respuestas. En epidemias anteriores en el planeta se ha demostrado que la participación en primera línea de las organizaciones locales y los líderes religiosos hicieron una gran diferencia. Gracias a sus lazos excepcionalmente fuertes con la comunidad local, las organizaciones locales y las entidades confesionales tienen un papel importante. Es entonces importante impulsar y garantizar su participación y consultación en los procesos decisionales.

3. Resguardar los derechos migratorios de los venezolanos, pedimos que no se detengan los procesos legales de los migrantes y solicitantes de refugios en los países de llegada.

4. Su intermediación para que se agilicen las negociaciones que hagan posible la activación de mecanismos de asistencia alimentaria a gran escala dentro y fuera de Venezuela.

5. Que las respuestas humanitarias frente a la pandemia por COVID-19 no elimine las ayudas por las necesidades de cada país. Esto es pertinente, pero si la pandemia no se maneja como una crisis humanitaria donde hay países con más necesidad y prioritarios se perderá el principio de solidaridad para los más necesitados