Una Iglesia sin fronteras, madre de todos

Esta intervención fue elaborada por el Grupo de Trabajo de Caritas Internationalis sobre la crisis de Venezuela, conformado por doce representaciones de Caritas de América Latina, Caritas de Estados Unidos y Caritas de Europa1, dando respuesta a la grave crisis humanitaria que desde hace aproximadamente cinco años ha destituido las capacidades de los venezolanos de vivir dignamente y ha desplazado a más de 4,5 millones de personas hacia diferentes países.

Caritas agradece a la Unión Europea, al ACNUR y a la OIM por esta iniciativa de mantener alta la visibilidad sobre la crisis de refugiados y migrantes venezolanos, por reafirmar la solidaridad de la comunidad internacional con los países y comunidades de acogida y su compromiso por seguir atendiendo a nuestras hermanas y hermanos.

Comprometidos con su mandato humanitario en aliviar el sufrimiento de estos hermanos, Caritas expone que:

  1. El agravamiento de la vulnerabilidad de la población de venezolanos, dentro y fuera del país, debe ser abordada como un drama humanitario y no solo como una crisis política. Un drama que se expresa en el sufrimiento de millones de personas que han partido por no encontrar medios de subsistir en su país natal.
  2. La Trata de personas, la miseria, la prostitución, la esclavitud laboral y la discriminación son realidades que esperan del otro lado de la frontera a quienes huyen de Venezuela.
  3. Son inadmisibles las condiciones de hacinamiento, desprotección y orfandad en los pasos fronterizos, en los que las personas son expuestas a humillaciones, peligros y amenazas a la vida y a la integridad, especialmente de mujeres y niños que los transitandiariamente.
  4. El nivel de precariedad de la población venezolana es inaceptable, y aumenta exponencialmente lo que la hace desplazarse internamente y huir para sobrevivir, esta situación se está volviendo prolongada, pudiéndose normalizar y su sentido de urgencia olvidarse.
  5. La emergencia humanitaria en Venezuela no está comenzando, ni se instaló de una manera súbita, por lo tanto, la apertura de mecanismos de cooperación para atenderla debe considerar la complejidad de los problemas usuales de una crisis de progresión lenta que cursa con mucho desgaste social y familiar.

Frente a esta realidad Exigimos:

  • A los Gobiernos en dar prueba de solidaridad, no recrudecer las barreras legales y armonizar las políticas migratorias. Los invitamos a ver en cada venezolano que llega un ser humano con dignidad y con capacidad para aportar al desarrollo del país que lo recibe.
  •  A los Organismos Internacionales, a buscar soluciones de fondo e integrales para que la vida de los venezolanos mejore y así podamos animar a toda nuestra población a quedarse en Venezuela para reconstruir nuestra sociedad.
  • A la cooperación, es necesario reducir la separación entre la programación humanitaria y de desarrollo, de manera que los fondos asignado actualmente sean lo suficientemente flexibles para incluir acciones no solo encaminadas a la satisfacción de necesidades humanitarias, sino de apoyo al reforzamiento de medios de vida y protección social de las familias que ya a este nivel de la crisis están muy desgastadas dentro y fuera del País.
  • A las ONG(s) a poner sus capacidades en comunión para planificar atenciones integrales que permita desde las mejores técnica, atender, proteger, acompañar y encaminar soluciones humanitarias y duraderas.
  • Esta Conferencia de solidaridad solo es un primer paso para visibilizar en palabras e intenciones lo que pasa con el problema migratorio en Venezuela, el Foro Mundial sobre los Refugiados (próximo diciembre en Ginebra) en un segundo paso para sistematizar contribuciones iniciales y destacar buenas prácticas en respuesta a la crisis de refugiados venezolanos, y la Conferencia Internacional de donantes anunciada para el 2020, será un tercer paso para traducir estas intenciones y contribuciones en compromisos y acciones concretas, es necesario animar y motivar una amplia participación de organizaciones locales en esta Conferencia para que los Estados aprovechen la oportunidad que representa aumentar la cooperación fraterna y atender la crisis migratoria venezolana que se ha convertido en un problema de escala regional.

Caritas se compromete en:

Trazar líneas de acción para fortalecer la fraternidad y la convivencia entre venezolanos y los naturales de sus países de acogida, y rechaza todas las intenciones de promover prácticas de discriminación, persecución y exclusión.

Solo un esfuerzo colectivo y la solidaridad de toda la comunidad internacional dará una verdadera esperanza y un futuro a nuestro pueblo venezolano.